miércoles, 11 de noviembre de 2009

Para ellas


Con la duda en mi cabeza y mil espadas sobre mi,
me desafié a descubrir, la verdadera esencia de mi ser,
patrón descarnado de deseo y ser, que en las noches de
placer, vienen a mi, vestidas de transparente y
carnal realidad, siendo ellas, las que inspiran mi cantar.

Servidas en las rocas, las agarro por el talle, fino olor
que en clave, repica suave; bebida veraniega que llega hondo
y emborracha, por lo dulce de sus mieles, que añejadas
con paciencia, suelen ser mi mas profundo delirio,
chinas, rubias, flacas, gordas, mujeres de puro placer.

Y es que no puede ser, que en el jardín del encanto,
ciego me he de ver, cual quijote enamorado, de un sueño
que no puede ser, ya que del viento a los molinos,
que fuerza da a la ilusión, soy pecador y peregrino,
en este camino que alejado me tendrá, por se hombre de 1 mujer.

Son pilotos y abogadas, cuarentonas, vendedoras, pintoras,
escultoras, bailarinas y poetas, doctoras, arquitectas, todas
culpables de tanta belleza, poseedoras del mas puro misterio,
que entre frases descubro, cual alquimia milagrosa, fruto
dulce y crucigrama, donde pongo solo mis palabras.

De sandalias y dedos pequeñitos, melenudas y reinas,
pulposas o carnosas, siempre ricas al amar, aunque aun sin mas,
sale una destartalada, sin corriente ni pasión, tan fría
como la mas jodida comezón, que enamora por encanto,
no por eso que yo llamo tacto, que sale solo y sin presión.

Y es que yo no las enamoro, busco solo su sonrisa, la cual
disfruto sin prisa, como el mas rico Ron, que luego de una
noche de pasión, mezcla bien con un Habano, cadera fina de
cubana, que madura lenta, entre vuelta y vuelta, siendo
caldo de cultivo, para esto que yo llamo un rito de pasión.

Sin con suerte y labia las alcanzo, no disfrazo mi anillo,
ya que no me lo guardo en el bolsillo, para hacerme el solterón,
ya que claro tengo, que la belleza me acompaña,
no con cara de actor, sino de compositor, que con rima y pasión,
suelta directo al corazón, puros versos de emoción.

Para cuando cae el tacón y descubro el mas bello liguero,
miro con paciencia, la bella escultura que con rollos y pancita,
pequitas y tanguita, sueles ser el festín que no me dejas ver,
amparándote en la oscura libertad, que entre cuatro paredes,
alumbramos a punto de caricias, juego, mi rica tentación.

Al fin de todo este recorrido, me he sentido afortunado, ya que
no hay más riqueza, que el ser amado por una mujer que
no te deja olvidado, en la mas fría esquina del pasado,
cual billete regalado, que no salio premiado, por lo que con
cariño y pasión, escribo solo para ellas, este largo poema.


Seguro de que encontrare la tristeza de mi propio engaño,
no me queda otra que seguir siendo quien soy, un loco
enamorado del mas bello ser, flor y sentimiento, venusiana
por derecho, victima de la pasión que siento en mi corazón,
por serle infiel a todas y así amar tan solo a una.